lunes, 3 de noviembre de 2014

9. Siguiendo los pasos de Alejandro Magno, el conquistador macedonio

Mosaico de Isos (c. 325 a.C). Representa la batalla de Isos en la cual Alejandro Magno comanda a su ejército en contra de las fuerzas de Dario III. Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.
Bello, sabio, audaz, afortunado y glorioso. Destinado a morir joven y a que el mundo hable de él para siempre
- Quinto Arrio

Objetivo del viaje


Alejandro III de Macedonia, o mejor conocido como Alejandro Magno, es uno de los personajes más conocidos en la historia, debido a su habilidad en el plano estratégico y militar, a sus grandes conquistas en Asia, Africa y Europa, y a su carácter y estilo únicos. Debido a la grandeza de este personaje de la antigüedad, muchos se han servido de Alejandro como modelo a seguir para sus conquistas y también muchos otros han querido rivalizar y opacar las hazañas realizadas por este rey de la Dinastía Macedónica; sin embargo son pocos -por no decir que ninguno- los que han podido lograr las proezas que realizó Alejandro en tan poco tiempo y en a tan corta edad. Su voluntad y deseos de grandeza lo llevaron a vencer a sus enemigos como también logró superar las vicisitudes que se le presentaban en su ruta conquistadora; no obstante, su mayor enemigo fue su propio carácter y personalidad, que lo llevarían a ser víctima de sus excesos. A través de esta ruta podremos recorrer algunos sitios por donde Alejandro Magno dejó su huella conquistadora.




Historia


Para hablar de las proezas alcanzadas por Alejandro Magno, primero debemos devolvernos tiempo atrás, más exactamente al reinado de su padre, Filipo II, que inicia la expansión macedónica por toda la región, convirtiendo a este Estado en la principal potencia griega durante el siglo IV a.C. 

Filipo II era el menor de los hijos del rey Amintas III, por lo que tuvo que mediar la muerte de sus dos hermanos mayores para que éste último pudiera acceder al poder. Durante su adolescencia estuvo en Tebas como rehén, lo que le permitió aprender las tácticas de guerra que utilizaban los tebanos y que después le ayudaría para revelarse en contra de sus captores. A su regreso a Macedonia, Filipo II accede al trono en calidad de regente de un heredero menor, para después convertirse en rey por desposesión de los derechos de su sobrino (López Melero, 1997, p. 10). Ya en el poder, Filipo II lleva a cabo una expansión por toda la región griega: hasta el río Nesto por Tracia, hasta Tesalia por el sur y hasta Epiro por el occidente. 

Filipo II emprendió una reorganización radical del ejército, en la que se creó una nueva formación táctica, que en la actualidad se llama falange macedonia, la cual consistía en utilizar a la caballería como una fuerza táctica y en donde el conjunto de los cuerpos de tropas eran concebidos como un conjunto y de cada hombre tenía una relación con el movimiento de los demás (López Melero, 1997, p. 13). Esta formación estratégica creada por Filipo II y más adelante con la creación de la táctica del martillo y yunque, que consistía en utilizar a la vanguardia del ejército para neutralizar a los enemigos mediante las largas lanzas que poseían para que después la caballería cargara por detrás del enemigo con el fin de empujarles hacia las lanzas, ocasionándoles una muerte segura. Estas estrategias tácticas-militares llevaron a Alejandro Magno a no perder una sola batalla. 


Gráfica en la cual se muestra la organización táctica del ejército macedonio bajo los reinados de Filipo II y Alejandro Magno
Táctica del martillo martillo y yunque utilizada por Alejandro Magno


Alejandro Magno y sus conquistas (356-323 a.C.)


Los primeros años de Alejandro


Alejandro III -o más conocido como Alejandro Magno- era el hijo de Filipo II y de Olimpia de Epiro. Desde temprana edad su padre lo preparó para que le sucediera, razón por la cual se le proporcionó experiencia en el campo militar y se le instruyó bajo la guía del filósofo Aristóteles (Droysen, 1946, p. 64). El modelo a seguir era el mítico Aquiles, de cuyo linaje se enorgullecía de pertenecer y a quien pretendía imitar en la gloria y en el sufrimiento (Hammond, 2000, p. 72). Dichas influencias marcaron el genio y el carácter de Alejandro Magno: Su coraje y valentía se los debía a Aquiles; la grandeza y profundidad de pensamiento se lo debía a Aristóteles; y la sed de gloria se lo debía a vivir bajo la sombra de los éxitos militares de su padre.

La relación de Alejandro con su padre fue tensa, debido a que el futuro rey de Macedonia sentía celos de los éxitos que había alcanzado su padre, su descontento y celos se acrecentaron debido a que Filipo II tomó como esposa a Cleopatra Eurídice, relegando a la madre de Alejandro a un segundo plano. Después de la celebración de la boda con Cleopatra Eurídice, Filipo se dirigió al teatro para seguir con la celebración de su matrimonio, sin embargo Pausanias, un joven noble de la corte se le abalanzó al rey y le propinó una puñalada en el pecho que le produce la muerte instantánea al Rey. Pausanias trató de escapar pero los nobles de la guardia real lo asesinan con sus espadas. Se cree que la razón por la cual Pausanias mató a Filipo se debió a que éste último hizo caso omiso sobre las reclamaciones que le había hecho Pausanias sobre el castigo que debía recibir Átalo, el suegro del rey, por haberlo injuriado (Droysen, 1946, p. 65).


El asesinato de Filipo quebrantó también la autoridad de Macedonia frente a los otros estados griegos; a pesar de esto, Alejandro actuó con rapidez e inteligencia. Evitó la confrontación con los disidentes en Tesalia y Tebas, perdonó los actos de rebelión contra la liga griega y fue elegido presidente vitalicio de la Liga Tesalia, posteriormente fue nombrado comandante de las fuerzas de las fuerzas griegas para hacerle frente a las amenazas persas (Hammond, 2000, pp. 72-73).


El ascenso de Alejandro Magno al trono de Macedonia ocurrió en octubre del año de 336 a.C., no obstante, hubo reclamos por parte de varios pretendientes al trono que se consideraban como con el derecho a ser reyes de Macedonia, pero la élite y el pueblo macedonio estaba de parte de Alejandro, quien asumió el poder con un discurso prometiendo seguir la política exterior de su padre. A los veiente años de edad, Alejandro tuvo sobre sus hombros la responsabilidad de consolidar el imperio en los Balcanes, conducir la comunindad griega y continuar los preparativos para invadir al imperio Persa (Echavarría Olarte, 2005, p. 31).


Alejandro el conquistador


Representación de la batalla de Gaugamela, en la que se enfrentaron los ejércitos de Alejandro Magno y Dario III


El rey macedonio ya habiendo sofocado las rebeliones en Grecia, atravesó el Helesponto en el 334 para iniciar sus campañas de conquista por Asia Menor, Siria, Egipto y Persia. Su ejercito estaba compuesto solamente por treinta y cinco mil hombres y se proponía a atacar al reino persa, que era cincuenta veces mayor que el suyo y veinte veces más poblado que el suyo, con un sin fin de poblaciones de distintas razas y una geografía que se caracterizaba por tener unos fríos insoportables y calores agobiantes (López Melero, 1997, p. 21). A pesar de que estos factores jugaban en contra de las aspiraciones de Alejandro, su habilidad como estratega y la férrea disciplina y táctica del ejército macedonio lograrían hacerlos vencer en todas sus campañas por tierras persas.

Alejandro derrotó a los ejércitos persas en cuatro batallas principales. En la Batalla del Gránico (334 a.C.) solamente utilizó sus tropas macedónicas, la caballería tesalia y algunas unidades especializadas, en contra de un ejército formado principalmente por caballería e infantería de mercenarios griegos. En la Batalla de Issos (333 a.C.) su ejército estaba constituído por macedonios, griegos y tropas balcánicas. En la Batalla de Gaugamela (331 a.C.) el ejército de Alejandro estaba compuesto solamente por una tercera parte de tropas macedónicas, el resto del ejército se constituía por aliados y mercenarios que estaban dispuestos tanto en tierra como en mar (Hammond, 2000, p. 74). La última confrontación entre las fuerzas de Alejandro y las del imperio persa se daría en la Batalla de la Puerta Persa (330 a.C) en la que el sátrapa Ariobarzanes mantendría a raya durante treinta días al ejército de Alejandro, sin embargo, el rey macedónico encontraría un paso alternativo, en el que atacaría al ejército persa por la retaguardia, similar a lo que había acaecido anteriormente en la Batalla de las Termópilas (Farrokh, 2007, pp. 106-107).

Alejandro después de haber conquistado la región próxima al río Indo, tuvo que volver al persia, como consecuencia del descontento de los soldados por las continuas expediciones militares que Alejandro impulsaba. Es así que Alejandro y su ejército tuvieron que pasar por un penoso y agotante recorrido por tierras asiáticas para regresar Persia. Ya establecidos nuevamente en dicho territorio, Alejandro tuvo que reorganizar el gobierno que él había impuesto para que gobernase durante su ausencia, debido a que los sátrapas se habían hecho prácticamente independientes. Alejandro se dirigió a Babilonia con el propósito de iniciar una nueva campaña naval que bajaría por el río Éufrates, bordearía la península arábiga y entraría por el mar rojo, pero cuando estaba a punto de salir, contrajo una fiebre de la que nunca se recuperó (López Melero, 1997, p. 27). Alejandro III de Macedonia murió en el Palacio de Nabucodonosor II a los 32 años de edad. 

Aparte de la conquista del los territorios en Persia, Alejandro anexó a su reino territorios en la regiones de Egipto, Asia central y en las estribaciones del río Indo. Este personaje considerado como el mayor conquistador de la historia, no utilizó sus conquistas para crear un imperio, como lo había hecho su padre; sino más bien dio forma a un reino multirracial en el que cada individuo era juzgado por su valor. Es así que, había elementos asiáticos entre sus amigos, compañeros y comandantes, y también habían gobernadores de provincia que provenían de dicha región (Hammond, 2000, pp. 74-75).

Más allá de los grandes éxitos en materia militar que cosechó durante su vida, Alejandro también fue un excelente administrador y protector de la cultura griega. Fundo más de 70 ciudades que llevarían el nombre de Alejandría; los territorios conquistados eran administrados por una serie de funcionarios de origen autóctono y macedonios; fomentó la integración social y económica entre los diferentes pueblos que hacían parte de su reino; fue tolerante con las creencias y religiones de los pueblos que conquistaba y amplió la influencia de la cultura griega en lugares tan remotos como la India y Egipto.


Mapa que muestra el territorio conquistado por Alejandro Magno


Ruta


Mapa de la ruta

Recorrido

  1. Nuestro periplo iniciará por la ciudad de Pella, ubicada en la región norte de Grecia. Esta ciudad fue la capital del reino de Macedonia durante la época helenística y también fue el lugar en donde nació Alejandro Magno. En dicha ciudad podremos ver algunos objetos de cultura material (cerámica, estatuas, mosaicos) que proceden del periodo helenístico griego. Adicionalmente iremos al Museo arqueológico de Pella en donde observaremos un busto de Alejandro Magno.
  2. Posteriormente, nos trasladaremos hasta la ciudad de Alejandría, ubicada en la costa mediterránea de Egipto. Esta ciudad fue fundada por el propio Alejandro Magno durante su campaña militar en tierras egipcias. En esta ciudad podremos visitar el Museo Nacional de Alejandría y la Biblioteca Alejandrina, lugares de interés cultural que guardan objetos del periodo helenístico en Egipto.
  3. Continuaremos nuestro recorrido hasta llegar a las ruinas de la ciudad de Persépolis, capital del imperio persa en la época aqueménida y que se encuentra ubicada a 70 kilómetros de la actual ciudad de Shiraz. En este sitio podremos ver las ruinas de la ciudad que conquistó, ocupó y saqueó Alejandro Magno. Como dato adicional, este lugar ha sido declarado por la UNESCO como patrimonio de la humanidad.
  4. Finalizando nuestro viaje, iremos hasta las ruinas de Babilonia, lugar en donde pasó sus últimos días Alejandro Magno. Allí podremos visitar las murallas de Babilonia, reconstruidas bajo el mandato de Saddam Hussein.

La ruta en imágenes


Ruinas de una edificación el Pella, en la que se puede observar un atrio con mosaico de teselas

Resto de una escultura con la figura de Alejandro Magno, ubicada en el Museo Arqueológico de Pella


Ciudad de Alejandría


Museo Nacional de Alejandría



Friso en el que se puede observar el rostro de Alejandro Magno


Biblioteca Nacional de Alejandría


Panorámica de las ruinas del palacio de Darío III

Muralla reconstruida de Babilonia

Documental sobre la vida de Alejandro Magno

Referencias

  1. Droysen, Johan Gustav (1946). Alejandro Magno. México: Fondo de Cultura Económica.
  2. Echavarría Olarte, Federico (2005). Alejandro Magno: casi un DiosBogotá: Panamericana Editorial.
  3. Farrokh, Kaveh (2007). Shadows in the desert: ancient Persia at warOxford, UK: Osprey.
  4. Hammond, G. L. (2000). Macedonia. En Cotterell, Arthur (ed.), Historia de las civilizaciones antiguas (pp. 65-80). Barcelona: Crítica.
  5. López Melero, Raquel (1997). Filipo, Alejandro y el mundo helenístico. Madrid: Arco/Libros.


















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