domingo, 19 de octubre de 2014

8. Concepción de la muerte en el Antiguo Egipto

Imagen de Anubis, dios funerario del antiguo egipto, en la que se observa que esta deidad está custodiando el cuerpo de Sennutem. Deir el-Medina (c. 1400 - 1350 a.C).

Objetivo del viaje

La concepción de la muerte en la cultura del antiguo Egipto, a diferencia de la nuestra, se caracterizaba por idear a la muerte como la prolongación de la vida en el más allá, es decir, la muerte no es el fin de la vida, sino es la transformación de ésta para alcanzar la vida eterna. Es por eso que los egipcios consideraban que no existía cosa más importante que la consecución de la vida eterna y para lograr esto, hacían todo lo que estuviera a su alcance para poder conseguirlo. A través de este recorrido, nuestros viajeros podrán conocer un poco más sobre la cultura del antiguo Egipto, mediante la presentación de algunas de las costumbres y técnicas funerarias. 


Historia


La historia de estas prácticas se puede incluso remontar al periodo predinástico en Egipto, que data del V milenio a.C. Este tipo de prácticas también se pudo haber visto influenciada con el medio geográfico en donde se desarrolló la antigua civilización egipcia, ya que las condiciones medioambientales de la zona (área seca y desértica) facilitaba la preservación del cuerpo de los difuntos (Dukelsky, s.f., p. 1).

Con el transcurrir del tiempo, las prácticas funerarias se vieron influenciadas (o más bien) fueron institucionalizadas bajo el poder político de los faraones. Es así que bajo esta premisa de politización de la muerte es que se empiezan a desarrollar en Egipto fundaciones piadosas, cuyo objetivo era asegurar el mantenimiento de los cultos de las estatuas en los templos de los dioses y de los reyes, con el fin de preservar y simbolizar los modelos existentes de autoridad, o para decirlo de otra manera, unir el poder mítico y religioso con el poder temporal (Trigger et al, 1985, p. 115-116). No obstante, hacia el año 2000 a.C. es que se empieza a democratizar la religión y por lo tanto, las prácticas funerarias asociadas a la consecución de la perpetuidad, en donde todo hombre puede llegar a la vida eterna, siempre y cuando éste pueda pagar las enseñanzas y tributos necesarios para ello, pero nunca podrá alcanzar la categoría de dios, sólo reservada para el faraón (Colomina, 2007, p. 47).

Ahora bien, ya habiendo hablado un poco sobre el contexto general en la que se enmarcan las prácticas funerarias en el antiguo Egipto, ahora pasaremos a esbozar las prácticas y las técnicas mortuorias como tal.

Como se ha dicho anteriormente, la muerte fue un tema central en la vida social del antiguo Egipto. La majestuosidad de los mausoleos y templos y la conjuración para sobrevivir a la muerte fueron las principales preocupaciones de la élite egipcia, ya que la supervivencia a la muerte como un dios sólo estaba reservada para los faraones. Los nobles más allegados tenían la opción de llegar a la esfera celeste si superaban satisfactoriamente el juicio final y lograr así la iniciación. Por su parte, la gente del común solamente aspiraba a salir airosa del juicio, si lo conseguía podría conseguir la vida eterna, si no lo conseguía su alma no perviviría (Colomina, 2007, p. 44).

Los egipcios creían que estaban formados por tres partes, un cuerpo, el ba y el ka. El ba era similar a lo que la cultura occidental concibe como alma individual. Se la representaba como un pájaro con rostro y manos humanas. En el momento de la muerte, dicha alma abandonaba el cuerpo en forma de ave. Por su parte, el concepto del ka era muchísimo más importante, ya que era una especie de fuerza vital, cósmica y divina. El aspecto más importante para los egipcios del concepto del ka era que éste permitía la continuación de la vida después de la muerte, siempre que el cuerpo del difunto estuviera bien conservado o existiera un doble del muerto en una estatua funeraria que el ka pudiera reconocer (Dukelsky, s.f., p. 1). Lo anterior es importante para entender el contexto en el que se enmarca el proceso de momificación y preservación de los cuerpos en la antigüedad egipcia.

Proceso de momificación


La momificación consiste en la preservación artificial del cuerpo después de la muerte. Dentro del contexto del antiguo Egipto, el cuerpo representaba el sustento de otras partes que conformaban al hombre. De dicha concepción se desprende la necesidad de emplear técnicas que permitieran conservar el cuerpo de la corrupción y desintegración. Cabe destacar que este proceso se llevaba a cabo dentro de un contexto mágico-ritual (Santos, 2011, p. 60). 

El proceso de momificación implicaba un gran ritual al cual todos no podían acceder. Primero que todo, se extraía el corazón, las vísceras y el cerebro (que se extraía licuado por los orificios nasales). Dichos órganos extraídos se depositaban en unos recipientes llamados Vasos canopos, con la finalidad de que dichos órganos acompañaran al difunto en su nueva etapa, ya que le podrían hacer falta al momento de su reencarnación. Después del sellado de los órganos en los vasos canopos, se realizaban una serie de oraciones (Colomina, 2007, p. 44).

Vasos canopos en los cuales se guardaban los órganos de los difuntos. De derecha a izquierda: Amset, vasija en forma de cabeza humana en donde se guardaba el hígado; Duamutef, vasija con forma de chacal que contenía el estómago; Hapy, recipiente en forma de Babuino que contenía los pulmones; Kebeshenuef, jarrón con forma de halcón que contenía los intestinos


Después se procedía al secado del cuerpo durante aproximadamente 50 a 60 días, para que después, se iniciara el proceso de vendaje. Durante el proceso de vendaje se le introducían entre las vendas objetos y amuletos mágicos (Colomina, 2007, p. 44).

Ilustración en la que se puede observar el proceso de momificación de un cuerpo

Una vez finalizado dicho proceso , se le colocaba al cuerpo una máscara (principalmente de oro) y se le introducía a un sarcófago de piedra. Dicho sarcófago se introducía con los vasos canopos, riquezas y alimentos, con el fin de que estos objetos fuesen utilizados por los difuntos en su nueva etapa en el más allá (Carrillo Rivera, 2010, p. 149).Ya finalizado todo el proceso de preparación y conservación del cuerpo, se procedía al funeral. Se organizaba un gran cortejo en el que figuraban músicos, plañideras, sirvientes, sacerdotes, familia y amigos del difunto. El cuerpo era llevado en un catafalco tirado por bueyes. El cotejo cruzaba el Nilo con destino al mausoleo y se procedía al ritual de la apertura de boca y ojos que consistía en otorgarle a los muertos la facultad de poder usar la boca y los ojos después de la muerte (Carrillo Rivera, 2010, p. 147). 

Representación del funeral de Tutankamón

Posteriormente, se sellaba la cámara y la puerta del mausoleo, dejando adentro a algún ser querido, al arquitecto encargado de construir el mausoleo o a algún esclavo que debía encargarse de realizar las tareas que le fueran encomendadas para la consecución del viaje de su amo (Colomina, 2007, p. 44).

Mausoleo en el que se puede observar un sarcófago


Las pirámides y su relación con la muerte


Las pirámides fueron las tumbas reales durante los Imperios Antiguo y Medio, dichas construcciones aseguraban el descanso eterno del faraón y la inviolabilidad de su momia y ajuar funerario; adicionalmente tiene un gran simbolismo. Era el lugar en donde residía el alma del faraón; era la unión del cielo con la tierra; constituía un gran trono solar en cuya superficie lisa y brillante se posaba el sol; era una rampa que permitía al faraón ascender al firmamento y acompañar al dios solar en su viaje diurno; era el elemento que consagra la exaltación del faraón difunto, a la vez que es el símbolo del poderío del rey vivo y de su supremacía sobre los habitantes de Egipto; es la garantía de que el faraón, intermediario entre los dioses y los hombres, protegerá a su pueblo durante su vida y más allá de ella (Carrillo Rivera, 2010, p. 147).

La idea de perfección celestial estaba implícita en su forma geométrica y en su cuidadosa ubicación en relación con el cosmos: la disposición de la pirámide está vinculada con los puntos cardinales y sus ejes coinciden con esas direcciones. El formato de la pirámide estaba también relacionado a los mitos del origen de la cultura egipcia. La pirámide era la representación de la colina o montaña primordial surgida de las aguas primigenias y de la cual, según la cosmogonía egipcia, el dios del sol habría surgido por primera vez. Del mismo modo, el faraón difunto se proponía, partiendo de su monumento fúnebre, proyectarse hacia el cielo y renacer como el sol desde el caos original (Dukelsky, s.f., p. 2). Simbólicamente la pirámide egipcia es un punto que encadena el mito y el rito, la vida y la muerte, el pasado y el presente.

Las pirámides más importantes y que se conservan en aceptable estado son: Keops, Kefrén, Micerino, Snefru y la Pirámide del rey Zoser. 

De izquierda a derecha, las pirámides de Micerino, Kefrén y Keops 



Pirámide de Snefru


Pirámide del rey Zoser

Ruta


Mapa de la ruta

Recorrido


  1. Nuestro recorrido iniciará en el Museo Egipcio de El Cairo, lugar en el que podremos observar la exhibición de momias que posee el museo, las cuales provienen de diferentes dinastías. 
  2. A continuación nos dirigiremos unos kilómetros más al suroccidente, más exactamente hasta Giza, sitio en donde podremos ver el complejo de pirámides mandadas a construir bajo el mandato de Keops, faraón de la cuarta dinastía y que se consideran como las pirámides más grandes de Egipto. Cabe señalar que el complejo piramidal de Giza es la más antigua de las siete maravillas del mundo antiguo y la única que aún permanece. 
  3. Después de haber visitado Giza, viajaremos hacia el sur de Egipto y nos trasladaremos hasta la ciudad de Luxor, conocida anteriormente como Tebas, capital del imperio medio y del imperio nuevo en Egipto. En dicho lugar visitaremos el museo de momificación de Luxor, en donde podremos observar el proceso y las técnicas que utilizaban los antiguos egipcios para la preservación de los cuerpos, con motivo de su viaje al más allá. 
  4. Ya por último, nos trasladaremos muy cerca de Luxor, hasta la ciudad de Deir el-Medina, localidad en donde está ubicada la tumba de Sennutem, lugar en el que podremos observar la iconografía que se realizaba dentro de un complejo funerario.

La ruta en imágenes


Museo Egipcio en El Cairo


Salón del Museo Egipcio de El Cairo en donde se exhiben una serie de faraones en sus respectivas cofres funerarios 

La perspectiva de noche de las pirámides de Giza 


Museo de momificación en la ciudad de Luxor

Salón en el Museo de Momificación, en donde se recrea el mausoleo de un faraón con su respectivo sarcófago y decoración

Entrada a la tumba de Sennutem, localizada en la ciudad de Deir el-Medina

Placa en la entrada de la tumba de Sennutem

Pintura mural localizada en la tumba de Sennutem

Documental sobre el Libro de los Muertos

Referencias


  1. Carrillo Rivera, Alfonso (2010). El sentido de la eternidad en el Antiguo Egipto. AAPAUNAM Academia, Ciencia y Cultura, 2, (3), 145-151.
  2. Colomina, Juan José (2007). La institucionalización de la vida y de la muerte en el Antiguo Egipto según Mircea Eliade. Eikasia. Revista de Filosofía, 2, (9), 41-52.
  3. Dukelsky, Cora (s.f.). Arte y religión en el Antiguo Egipto: Pirámides, tumbas y templos. Extraído el día 18 de octubre de 2014, de la página web: http://www.academia.edu/2053992/Arte_y_religi%C3%B3n_en_el_Antiguo_Egipto_Pir%C3%A1mides_tumbas_y_templos
  4. Santos, Diego M. (2011). Prácticas funerarias del antiguo Egipto. Revista MUSEO, 11, (85), 56-65.
  5. Trigger, Bruce G. (1985). Historia del Egipto antiguo. Barcelona: Editorial Crítica.


2 comentarios:

  1. Maravilloso,simplemente ,un lugar que debimos haber respetado,por el sentido religioso de los difuntos.En haras de la investigacion,hoy no se respeta nada..Quien rezara???? ,por esos difuntos ,que en su creencia ,lo dispusieron todo.Eran,divinidades de carne y hueso.

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