martes, 25 de noviembre de 2014

10. Roma: El arte de la construcción en la Ciudad Eterna.

Paralelismo entre la Roma de la época imperial (derecha) y la Roma actual (izquierda)

Excepto Roma, no hay cosa más bella en el mundo.
        - Johann Joachim Kinckelmann


Objetivo del viaje


Viajeros y lectores, en esta ruta recorreremos la Ciudad Eterna, sobrenombre con el que se conoce a la ciudad de Roma. Dicho apelativo se debe en gran medida a la magnificencia de su arquitectura, que produce en los visitantes una sensación de movimiento a través del tiempo y del espacio. En esta ruta también podremos aprender las diferentes técnicas y métodos utilizados para la construcción de sus imponentes estructuras. Historia, arquitectura y diversión es lo que encontrarán nuestros lectores y viajeros.


Contexto histórico


Tradicionalmente se clasifica la historia de la antigua Roma en tres grandes periodos Monarquía, República e Imperio. La época monárquica abarca los siglos VIII al VI a.C y supone la etapa del surgimiento del estado romano y la inauguración de un nuevo sistema político, en el que se pasa de una comunidad tribal a un estatal. Su final suele colocarse hacia el año 509 a.C., época que coincide con la instauración de la República. (Santos Yanguas, 1994, p. 17).

Por otro lado, la etapa de la República inicia como se dijo anteriormente en el año 509 a.C. y finalizará hasta el año 30 a.C., fecha en la que triunfa Augusto sobre Marco Antonio y conquista Egipto. Dicho periodo suele dividirse a su vez en tres sub periodos: República primitiva (509-264 a. C.), República media (264-134 a.C.) y República tardía (134-30 d. C.).

La República primitiva se caracterizó por el establecimiento de un régimen aristocrático y, al mismo tiempo, una consolidación en el interior como en el exterior En el interior se desarrollan las luchas sociopolíticas entre patricios (aristocracia) y los plebeyos, que repercutiría en el reconocimiento de los derechos de éste último grupo y la formación de una nobleza que extenderá su poder durante el resto de la república (Santos Yanguas, 1994, pp. 17-18).

Por su parte, la República media se caracterizó por ser una época de expansión territorial de Roma por el Mediterráneo, lo que lleva a Roma a convertirse en el primer poder de la cuenca mediterránea: interviene en la península Ibérica y se enfrenta con los estados griegos. En el contexto del interior de Roma, se perpetúa el poder en las manos de la clase senatorial; surge el latifundismo y aumenta el esclavismo como consecuencia de las guerras de conquista. (Santos Yanguas, 1994, p. 18).

Ya la última etapa de la república, es decir, la República tardía, se enmarcó en una serie de conflictos internos y luchas civiles que terminarán debilitando a la República. Hay que nombrar también las continuas sublevaciones esclavas y el malestar de los campesinos que exigen tierras. Finalmente se instaura el poder personal, hecho que inaugura el periodo imperial. (Santos Yanguas, 1994, p. 18).

La última etapa de la historia de la Roma antigua es la que constituye la creación del Imperio Romano. Dicha época se caracterizó por un apogeo cultural y militar durante el mandato de César Augusto. Desde él hasta el 476, el Imperio no hace más que declinar. 

En el 313 se produce el Edicto de Milán. El emperador Constantino proclama al cristianismo como la religión oficial del Imperio, éste traslada la capital del imperio a Constantinopla (actual Estambul). En el 379 el emperador Teodosio separa el imperio en dos partes; la parte occidental del imperio se la otorga a su hijo Honorio, cuya capital era Rávena y a su otro hijo, Arcadio, le hereda la parte oriental del imperio, con capital en Constantinopla. El último emperador, llamado Rómulo Augústulo, subió al poder en el año 475 y un año después fue depuesto por el rey de los hérulos, Odoacro, quién saqueo Roma y se autoproclamó como Rey de Italia (Rex Italiae). Aunque la historiografía tradicional suele colocar al año de 476 como caída del Imperio Romano de Occidente, se debe señalar que este año no es un punto de inflexión tan marcado: Roma hace tiempo había perdido su anterior esplendor; la hegemonía sobre las provincias se había terminado, el ejército romano estaba comandado en gran medida por militares de origen germano y el verdadero poder detrás de los emperadores eran los militares “bárbaros”. (Valdearcos, 2008, pp. 1-2).

Características generales de la arquitectura romana


Tradicionalmente ha existido una polémica historiográfica en torno a las influencias del arte y arquitectura griega en la romana. Ha existido un grupo que asegura que el arte y la arquitectura romana ha estado fuertemente influenciada por la griega y que a grandes rasgos, la primera no aporta nada nuevo; otros grupos por el contrario, afirman que, aunque sí hay claros aportes griegos al arte y arquitectura romana, existen marcadas diferencias (Robertson, 1994, p. 183). Éstos últimos aducen que en arquitectura las técnicas, los materiales, la finalidad y la concepción son nuevas. Que en los campos de la escultura y pintura existe un arte oficial al servicio del Estado y que está dominado por patrones griegos pero que existe una corriente popular, otra línea artística para las clases medias. En síntesis, el arte y la arquitectura romana son producto de la sociedad que las desarrolló, influenciadas por una estructura social y política diferente a la griega y por otras necesidades que debían satisfacer (Taylor, 2006, p. 13).

Las características fundamentales que diferencian el arte y la arquitectura romana de la griega son: el juego de masas, el sistemático uso del arco y la bóveda, la monumentalidad de las construcciones, el retrato y el relieve histórico. Frente a una arquitectura abrumadoramente religiosa como era la griega, la romana es mucho más civil y militar. Si los griegos son urbanistas más que arquitectos, los romanos más que arquitectos son ingenieros (Valdearcos, 2008, p. 3)

Es irrefutable la influencia que recibe la arquitectura romana de la helénica, como también de la etrusca y de las colonias de la Magna Grecia. No obstante, existe una concepción y cambio de ideas radical: del platonismo helénico se pasa a un aristotelismo en Roma, de la conceptualización y del idealismo se pasa a lo sensitivo, lo concreto y lo práctico (Tzonis, 1984, p. 16). Si los griegos eran artistas por una voluntad estética, los romanos son ingenieros que hacen obras de arte. Ahora no se busca al hombre como parte del cosmos sino como un individuo concreto y pragmático. El individualismo romano se puede entrever en el artista, cuya identidad y carácter se puede ver en la obra y en la temática: los relieves narrativos son de hechos concretos, los retratos son de personas con nombres y apellidos, muchas veces vivas (Hintzen-Bohlen, 2005, p. 16). En conclusión, el arte romano es en esencia, distinto al etrusco o al griego, está regido por un ethos práctico, lo que da una fisonomía bien diferenciada, sobre todo en arquitectura.

Materiales y técnicas de construcción


La arquitectura romana usaba principalmente piedra de muy diverso tipo. Se utilizaba también el mármol y la madera para realizar el armazón de cubiertas, pisos y ventanas. Sin embargo, el mayor hallazgo de los romanos en cuanto a los materiales de construcción fue el desarrollo y el perfeccionamiento de una especie de hormigón llamado opus caementicium, constituído por una mezcla de mampostería cementada con piedras de cal, arena y ceniza volcánica, lo que produjo un material barato y bastante fuerte no solamente para servir de relleno sino que también como soporte de pesos importantes (Sánchez Paniagua, 2007, p. 15).

Los romanos tenían diversas formas de disponer de disponer los materiales en el muro, que se denomina comunmente como aparejo. Entre los diversos tipos de aparejo se destacan el opus incertum, formado por pequeñas piedras alisadas en su cara interior y hormigón; el opus reticulatum, formado por trozos de piedra piramidales en donde la base de estas piedras quedan visibles al estar incrustadas en el muro, formando hiladas oblicuas. después se sustituyó dicho revestimiento por ladrillo de paramento (opus testaceum). Muy pronto fue este último revestimiento el que recubrió todos los muros de Roma (Azaola, 1994, p. 62).


En esta imagen se puede observar los diferentes tipos de mampostería utilizados en las construcciones romanas. 1. Cementium 2. Incertum 3. Quiasi reticulatum 4. Reticulatum 5. Testaseum 6. Quadratum A. Cadena de ángulo de gran aparejo y pared en opus reticulatum B. Cadena de ángulo de ladrillo y muro en opus reticulatum C. Muro de ladrillo y cerco de puerta en travertino

Explotación de una cantera de piedra

Tras despejar la roca de su cubierta superficial, el cantero define mediante ranuras trazadas con el pico sobre las paredes los bloques que tengan, desde la fase de extracción, una forma y dimensión solicitadas por el arquitecto (Azaola, 1994, p. 62).

Ilustración en la cual se puede observar que: A. es la explotación en gradas. B. Frente de cantera. C. Pilar residual. D. Frente de masa. E. Crucero natural. F. Transporte de un bloque sobre rodillos 

Procedimiento de transporte y de colocación de los bloques

Existían tres tipos de procedimientos para el transporte de los bloques de piedra. La primera forma de transportar piedra consistía en tallar unos salientes hechos en la piedra para poderle enganchar cuerdas. La segunda forma radicaba en hacerle unas cabidades simétricas en los lados de la piedra para poderle insertar unas zarpas (un tipo de pinzas grandes) para poderla cargar. La tercera forma consistía en introducir una palanca en una cavidad de la pared superior (Azaola, 1994, p. 62).

Imagen que ejemplifica las tres formas como se transportaban las piedras de la cantera para la construcción

Herramientas

Entre las herramientas utilizadas para la construcción figuraban el compás, la escuadra, almádenas, cinceles de espesor, plomadas. Generalmente dichas herramientas eran talladas en las construcciones funerarias (Azaola, 1994, p. 63).

Instrumentos utilizados en la construcción y que eran dispuestos en las estructuras funerarias


Arcos y bóvedas


Aunque el arco y la bóveda ya eran conocidos y utilizados en Grecia, fueron los romanos quienes descubrieron y explotaron todas sus posibilidades. Fue precisamente la combinación del arco, la bóveda y el opus caementicium lo que posibilitó la construcción de edificios tan complejos. Las formas más espectaculares fueron las grandes cúpulas, con o sin óculos cenitales, lisas o casetonadas, y apoyadas sobre plantas circulares u octogonales (Sánchez Paniagua, 2007, p. 16). Sin lugar a duda, la cota más alta alcanzada por la arquitectura romana fue la construcción del Panteón de Agripa. También fue posible gracias a esta evolución técnica crear enormes espacios para cualquier programa funcional.


Representación del Panteón de Agripa y los lugares circundantes durante la época antigua. 

Imagen del Panteón de Agripa durante la década de 1980. Se puede observar la conjugación del arco y la bóveda, que permitió construcciones de mayor tamaño y envergadura.

Adicionalmente, la arquitectura romana es un sistema más funcional que el griego. Los caprichos artísticos se acaban y le dan paso a una arquitectura en la que, las edificaciones deben ser bellas paro ante todo deben funcionar en pro del Estado. Ellos innovan muchísimo, crean el eje de simetría horizontal en el edificio (por partes o bandas), crean la planta basilical, el ábside que prolonga la nave central (Valdearcos, 2008, p. 2).

Por lo que se refiere al uso de los órdenes clásicos, es decir, los estilos jónico, dórico y corintio, los romanos los adoptaron, usándolos a veces con un valor exclusivamente decorativo en las fachadas. El estilo corintio, el más ornamentado, fue el que más se utilizó en los edificios monumentales. Como invención romana se encuentra el estilo u orden compuesto, en el que se combinan las volutas del orden jónico con las hojas de acanto del capitel corintio. También es invención romana el llamado estilo toscano, la versión romana del dórico, con basa, fuste liso y capitel más pequeño y de perfil más complejo (Sánchez Paniagua, 2007, p. 16).


Ilustración que muestra los diferentes órdenes clásicos en arquitectura


Edificaciones

Ahora viajeros, pasaremos a ver algunas de las edificaciones más representativas de la antigua Roma.

Coliseo

El anfiteatro Flavio, llamado comunmente como Coliseo fue iniciado en el año 72 d.C. por Vespasiano. Se cuenta que la construcción de este monumento agradó tanto a los romanos que nunca vieron con simpatía la fastuosa mansión del tirano, debido a que entorpecía el tráfico y creaba un obstáculo para el ingreso a los foros (Magi, 1973, p. 56).


Réplica del Coliseo en donde se puede observar los órdenes clásicos: dórico, jónico y corintio


El Coliseo tiene forma elíptica y sus dimensiones son de 188 por 156 metros y 57 de altura. Desde su exterior se puede observar sus tres plantas, con ochenta arcos cada una, separados por pilastras a las que hay adosadas semicolumnas de estilo dórico, jónico y corintio. El interior de la edificación se dividía en tres zonas principales: el podium que era el lugar reservado para la aristocracia romana; el orden mediano en donde se acomodaban los ciudadanos romanos; y la summa para el bajo pueblo. El Coliseo, que según estimaciones, podía alcanzar a albergar hasta 50 mil espectadores, tenía a su disposición 160 ingresos a la cávea (Magi, 1973, pp. 64-65).


Representación de unos juegos en los que observa la lucha entre gladiadores y animales exóticos

Desde el punto de vista urbanístico y arquitectónico, esta colosal edificación completaba la perspectiva del foro y se convertía en el sendero y en el punto ideal de paso para quienes querían observar los majestuosos monumentos de las colinas de atrás. (Magi, 1973, p. 56)


Representación del espacio urbanístico del Coliseo y sus alrededores


En el año 80 d.C. bajo el reinado de Tito, fue inaugurado el anfiteatro, con una serie de celebraciones y festejos que duraron 100 días y en donde se sacrificaron un gran número de animales y gladiadores (Magi, 1973, p. 56).

Durante muchos siglos el coliseo fue símbolo de la grandeza y potencia de Roma. La importancia del coliseo ha sido tal que, no hay grabado, pintura o diseño que no lo represente descollando sobre las demás ruinas; es más, hasta el día de hoy no podemos imaginarnos a una Roma sin su coliseo.

Es representativo del Coliseo las luchas que se llevaban a cabo entre gladiadores y animales, que era quizás el espectáculo preferido por el pueblo romano. Los combates entre gladiadores duraron hasta el año 404, siguiendo después la lucha entre animales que fue eliminada en la segunda mitad del siglo VI (Magi, 1973, p. 59).

La estructura del coliseo se ha visto afectada por una serie de terremotos que lo han dañado, como también la sustracción de enormes bloques de travertino para realizar otras construcciones (incluída la basílica de San Pedro) han deteriorado su estado. En 1750 el Coliseo fue declarado lugar santo por Benedicto XIV, debido a que este lugar había sido escenario del martirio de los cristianos. Esta acción llevada a cabo por Benedicto XIV salvó al Coliseo mayores deterioros y destrucciones (Magi, 1973, p. 59).


Imagen panorámica que muestra el estado actual del Coliseo

Circo Máximo


El circo máximo fue construido por Tarquino Prisco en el lugar donde sucedió el famoso rapto de las sabinas. El circo se extiende sobre más de 600 metros en la hondonada entre el Aventino y el Palatino, que antiguamente se llamaba el Valle Murcia. Fue el mayor de los circos romanos y sirvió de modelo para construcciones similares como el circo de Flaminio y el de Caligola (Azaola, 1994, p. 178).

El circo máximo tenía la forma típica de los circos romanos: alargado y estrecho, con un lado truncado donde estaba la meta y una especie de espina dorsal que lo dividía. Esta construcción tenía la capacidad para albergar a 300.000 espectadores. Era el lugar ideal para las carreras de bigas (dos caballos) y cuádrigas (cuatro caballos), que se realizaban 50 veces durante el año. Dichas carreras se realizaron durante mucho tiempo, hasta el año 549, cuando Totila realizó la última competición (Azaola, 1994, p. 178). 

Ilustración en la que se representa la arquitectura del Circo Máximo

En su etapa incial, las tribunas del circo máximo estaban pensadas para que se diseñasen las tribunas en madera, pero al incendiarse frecuentemente las estructuras en dicho material, decidieron construirlas con mampostería (Azaola, 1994, p. 178).

Estado actual del Circo máximo 

El Arco de Constantino

A finales del siglo III y principios del IV se produjo el último sobresalto artístico y cultural en Roma, del cual es ejemplo la edificación del Arco de Constantino. Este monumento fue eregido por el senado y el pueblo romano en el año 315, en conmemoración del triunfo de Constantino sobre Majencio, ocurrido tres años atrás. (Magi, 1973, p. 73).


Representación del Arco de Constantino durante la época de este emperador, Siglo IV d. C.

Dicha edificación tiene 21 metros de alto por 27,50 metros de ancho y 7,40 metros de profundidad. Posee tres luces encuadradas por cuatro columnas de estilo corintio. En el Arco de constantino se pueden observar a 8 estatuas de bárbaros, hechas en mármol; 8 medallones en donde se representan escenas de caza y sacrificio; en los bajorrelieves se pueden ver representaciones de escenas de guerra. Las columnas y el entablamento que sostienen el edificio proceden de la época de Diocleciano, mientras que las representaciones de las victorias de los legionarios y de los prisioneros bárbaros, ubicadas en los zócalos, son de época de Constantino (Magi, 1973, p. 73).



Arco de Constantino en la actualidad

Ruta
Mapa de la ruta

Recorrido

  1. Nuestro recorrido por la magnífica ciudad de Roma iniciará en el Circo Máximo, lugar destinado en época de Julio César para la celebración de eventos deportivos (como las carreras de caballos) y conmemoraciones (como la que hizo Julio César para celebrar las victorias africanas). En la actualidad este sitio es altamente visitado por las personas que se interesan por el deporte y su historia. 
  2. Luego nos trasladaremos hasta el Arco de Constantino, monumento conmemorativo a la victoria de Constantino sobre Majencio. Su estado de conservación lo hace altamente atractivo para las personas que les interesa el arte y la arquitectura romana; además, está ubicado en uno de los lugares más representativos y fotografiados de la ciudad.
  3. Después recorreremos unos cuantos metros para llegar hasta el Anfiteatro Flavio (o Coliseo, como genéricamente se le nombra), símbolo por excelencia de la historia y la cultura romana. Este monumento a la ingeniería y arquitectura de seguro los trasportará hasta la época de la Roma imperial.
  4. Ya por último, nuestro recorrido finalizará en el Panteón de Agripa, también conocido como el Panteón de Roma. Obra maestra de la arquitectura romana, considerado como el edificio mejor conservado de la antigua Roma. Dentro de la edificación podremos ver las tumbas de diversos reyes que están enterrados allí, como también podremos contemplar varias obras de arte que están dispuestas en el lugar. Sin lugar a dudas, el personaje más reconocido que se encuentra enterrado en el panteón es el pintor y arquitecto renacentista Rafael.

La ruta en imágenes:


Lugar en donde estaba ubicado el Circo máximo

Ahora el terreno donde se construyó el Circo Máximo es un parque

El Arco de Constantino. Su estado de conservación lo hace sitio de gran interés

El Arco de Constantino y a su lado, el Anfiteatro Flavio (Coliseo)

Vista del coliseo romano

Rememorando viejas épocas

Documental sobre las maravillas arquitectónicas de Roma


Bibliografía
  1. Azaola, Miguel (1994). Roma. Madrid: Acento Editorial.
  2. García Montalvo, Pedro (1984). Las Villas de Roma. Valencia, España: Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectós Técnicos.
  3. Hintzen-Bohlen, Brigitte (2005). Arte y arquitectura: Roma. Barcelona: Könemann
  4. Magi, Giovanna (1973). Roma antigua: como era y como es. Firenze: Bonechi Editore.
  5. Robertson, D.S. (1994). Arquitectura Griega y Romana. Madrid: Cátedra.
  6. Sánchez Paniagua, Josefina (2007). Materiales de estudio para la Historia del Arte. Extraído el día 23 de noviembre de 2014, de la página web: http://www.mirada.educa.aragon.es/TEXTOS_JSP/01_Grecia_Roma.pdf
  7. Santos Yanguas, Narciso (1994). Textos para la historia antigua de Roma. Madrid: Cátedra. 
  8. Taylor, Rabun M. (2006). Los constructores romanos: un estudio sobre el proceso arquitectónico. Madrid: Akal.
  9. Tzonis, Alexander (1984). El clasicismo en arquitectura: la poética del orden. Madrid: Hermann Blume
  10. Valdearcos, Enrique (2008). El arte romano, Clío, 34, 1-17.

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